La riqueza de Colombia y su futuro están en el campo. Por esta razón promovemos una agricultura familiar que se enmarca dentro de una visión de desarrollo rural, socialmente justa, económicamente viable y ecológicamente armónica.
La transición hacia sistemas de producción sostenible forma parte de una transformación personal y sociocultural. Por lo tanto, se busca el rescate del conocimiento tradicional, el estímulo a la creatividad, la innovación y la autonomía de las personas.
La agricultura debe incidir sobre las políticas agrarias, micro y macroeconómicas para crear condiciones locales de reconciliación y paz, que generen mayor seguridad en la tenencia de la tierra y mayor participación social en la planificación y el control territorial.
La agricultura es una estrategia reivindicativa para lograr la soberanía alimentaria de las personas y los pueblos. El derecho humano a la alimentación asegura que cada persona tenga acceso al agua, a una alimentación nutritiva y a una vida digna, activa y saludable.